(publicado originalmente el 31 de mayo de 2012 en cristobalcolonpr.wordpress.com)
Hace días contemplaba la idea de escribir sobre este tema. Pero hoy, al revisar los sitios y blogs que cotidianamente leo, encontré el siguiente artículo:
Traducción: “La gente no está en tu contra; están por ellos mismos”.
Creo que es una señal. Así que… hablemos del tema.
Observando las redes sociales puedo encontrar tanta gente escribiendo sobre “los que me envidian”, “los que me critican”, “los traidores”, “los que me quieren hacer daño”, etc. Mensajes escritos en los walls de Facebook, fotos, letreros con palabras dirigidas a nuestros enemigos. Yo no sé si el reggaetón tiene que ver con todo esto. Digo, me refiero a la “tiraera” que constantemente vemos entre artistas del “género”, sea real o sea una estrategia de mercadeo para garantizar las “100 mil copias, obligao”. El asunto es que leo los comentarios de tanta gente descargando su ira contra quienes les envidian o los que consideran sus adversarios. Hay algunos que lo hacen con tanta frecuencia que ya parece parte de una rutina.
Lo cierto es que la mayoría de las personas no están maquinando y planificando la próxima movida para “chavarle la existencia” a alguien más. En realidad, casi todos estamos ocupados en nuestros asuntos, en nuestras prioridades, en resolver nuestros problemas. Muchos viven tan metidos en sus cosas que se les hace imposible percibir que el resultado de sus decisiones y actos afectan negativamente a los que les rodean. No puedo negar que existen algunos que intencionalmente buscan dañar y herir a los demás (y lo disfrutan). Pero esos son los menos. La mayoría somos personas normales que buscamos nuestro bienestar y mejores opciones para nuestro futuro. El asunto es que mi bienestar muchas veces conflige con el bienestar de los demás. Por ejemplo, 10 personas solicitan un empleo pero sólo uno es el escogido. La fortuna del candidato escogido resulta en frustración y decepción para los restantes nueve candidatos.
En el libro Los 7 Hábitos de las Personas Altamente Efectivas, el autor Stephen Covey incluye como el cuarto hábito el “Pensar en ganar/ganar” (tu ganas, yo gano). Explica Covey que en cada interacción con otras personas debemos tener como meta el beneficio mutuo. Debemos evitar ganar a costa de la pérdida de los demás. Debemos tener como norte el bienestar mutuo. Esto no siempre es fácil pero si ponemos esta idea en nuestra mente y en nuestro corazón muchas veces conseguiremos ese deseado beneficio mutuo. Y cuando no se consiga, tanto nosotros como los demás sabremos que, aparte del resultado, nuestra intención era el beneficio mutuo.

Por otro lado, cuando le damos prioridad a criticar a nuestros adversarios, a señalar al que obstaculiza nuestro progreso, perdemos mucha energía y tiempo valiosos. Quitamos la vista de la meta que queremos lograr para “distraernos” evaluando al que compite a nuestro lado. Incluso, es posible que toda esa “tiraera” no es otra cosa que una excusa, una justificación de porque no progresamos o porque no conseguimos lo que anhelamos. Le echo toda la responsabilidad de mis fracasos a aquel “que me traiciona”, a aquel “hipócrita que no nos ayudó”.
Asumamos la responsabilidad y el control completo de nuestras vidas. Reconozcamos que debemos invertir adecuadamente nuestros esfuerzos, energías y talentos en lo que debe ser nuestra prioridad: nuestro bienestar físico y emocional, nuestro crecimiento profesional, personal y espiritual; resumiendo, la búsqueda de la felicidad.
Actualización: Lamentablemente, el lunes 16 de julio de 2012 murió Stephen Covey a los 79 años, por complicaciones luego de un accidente de ciclismo. El hombre se va. Pero su gran legado se queda, influyendo a tantas personas a nivel personal, profesional y hasta espiritual.
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