Acabo de terminar de leer el libro Smile: The astonishing powers of a simple act (TED books) de Ron Gutman. De manera breve y concisa Gutman explica la magia de sonreír y los beneficios que obtenemos de este simple acto. Siempre he considerado que sonreír frecuentemente es un hábito que transforma la vida de cualquier persona y busco practicar esto constantemente.
Encontré mucha información interesante pero especialmente algunos detalles que desconocía. Por ejemplo:
- Un estudio reveló que podemos detectar una sonrisa desde más de 300 pies de distancia. Esto es el doble de la distancia necesaria para detectar otras expresiones faciales. Como parte de nuestra evolución, el ser humano desarrolló esta capacidad para poder determinar si una persona se acercaba en actitud hostil (enemigo, ¡peligro!) o de manera amigable.
- Un mecanismo inconsciente que utiliza el ser humano para detectar si una sonrisa es genuina es la imitación. Vemos a una persona sonreír y en fracciones de segundos imitamos la sonrisa. Por la manera en que nos sentimos al imitar sabemos si la sonrisa es genuina. Este mecanismo es muy rápido y automático.
- En Japón y otros países de Oriente, las personas sonríen más con sus ojos que con su boca. En Estados Unidos las personas sonríen usando más su boca. Una muestra de esto, el “emoticon” de sonrisa: en E.U. 🙂 , en Japón ^_^
- Varios estudios científicos han confirmado una teoría de Charles Darwin, quien señalaba que nuestras expresiones faciales, incluyendo la sonrisa, tienen un impacto directo en nuestras emociones. Nos sentimos bien cuando sonreímos, en vez de meramente sonreír porque nos sentimos bien.
- Se han realizado estudios con personas que usan botox en sus rostros. Se ha encontrado que la parálisis en los músculos faciales obtenida con el botox en estas personas afecte su capacidad de sentir emociones. Además, afecta su habilidad de reconocer emociones en otras personas.
Recuerdo cuando hace unos años una joven de mi familia me mostraba fotos de sus más recientes vacaciones. Había visitado los parques temáticos de Disney en Florida con su novio y la familia de éste. Inmediatamente me percaté de un detalle: su novio nunca sonreía, en ninguna foto. Me dediqué a observar cada uno de las imágenes; no, ni una sola sonrisa. Siempre estaba con esta expresión que ya se ha vuelto tan común entre nuestros jóvenes. Era como una mezcla de reggaetonero, gangster, mafioso. Me imagino que ya saben a cuál expresión me refiero. Y si no, busquen en Google alguna imagen de Wisin y Yandel y ya verán de lo que hablo. ¿Pero cómo es posible que este joven ni siquiera en “el lugar más feliz del mundo”, Disney World, pudiera sonreír? En ese momento supe que algo no estaba bien con aquel muchacho. Por suerte, pronto pasó de la categoría de novio a ex-novio (YES!!!).
Sonreír causa un ciclo sinfín de bienestar: sonríes, te ves bien y te sientes bien, los demás te ven sonreír, te imitan y sonríen, se ven y se sienten bien, y nuevamente comienza el ciclo. Cuando sonreímos afectamos positivamente nuestro mundo interior y nuestro entorno. En estos tiempos más que nunca, necesitamos sonreír. Es más, no nos podemos dar el lujo de NO sonreír. Mucha gente puede pensar que cuando sonreímos mostramos debilidad o vulnerabilidad. No creo que sea así: quién sonríe muestra seguridad y confianza en sí mismo, amor por sí mismo. Aquel que muestra esta cara seria, desafiante, agresiva solamente demuestra que está levantando un muro para esconder detrás de su expresión temores e inseguridades.
Así que sonríe plenamente, en cada momento, en cada lugar. ¡Sonríe!
Aquí puedes ver una conferencia del autor Ron Gutman hablando de este tema para TED.com.